Deseamos compartir el artículo científico titulado “Passive sampling of contaminants of emerging concern in a Caribbean urban estuary in Puerto Rico” publicado en la revista de revisión por pares Marine Pollution Bulletin 213 (2025). Los investigadores del estudio son el Dr. Carlos J. Rodríguez Sierra y la Dra. Imar Mansilla Rivera, catedráticos del Departamento de Salud Ambiental, Escuela de Saluda Publica, Recinto de Ciencias Médicas y el Dr. Jorge F. Bauzá-Ortega, director científico del Estuario.
A manera de introducción, los contaminantes de preocupación emergentes (CPE) son un grupo amplio de sustancias químicas que incluye fármacos como son los antibióticos, los antidepresivos y los analgésicos, al igual que los productos de cuidado y de higiene personal (conocidos como PPCPs por sus siglas en inglés). Además, forman parte de los CPE las drogas ilícitas (ej. psicoestimulantes); edulcorantes artificiales (ej. sucralosa); aditivos de materiales (ej. surfactantes, retardantes de llamas, ingredientes plásticos); hormonas naturales y sintéticas (ej. estradiol, etinilestradiol); y pesticidas (ej. atrazina). También incluyen productos de degradación de estas sustancias como por ejemplo la benzoilecgonina, el metabolito de la cocaína.
Como resultado de este estudio se detectaron un total de 64 CPE en el Estuario de la Bahía de San Juan, de estos, 51 perteneciente al grupo de los PPCPs, 12 hormonas y sucralosa. Los 13 grupos de sustancias químicas que obtuvieron una frecuencia de detección de 100 % pertenecen mayormente a los fármacos y son los siguientes: antidepresivos (fluoxetina, amitriptilina y sertralina); un antihistamínico (difenhidramina); un anticonvulsivo (carbamazepina); un antifúngico (miconazol); un antihelmíntico (tiabendazol); un broncodilatador (teofilina); un fibrato (gemfibrozil); un estimulante ilícito (cocaína); analgésicos no opioides (acetaminofén, ibuprofeno y naproxeno); un estimulante (cafeína); un repelente de insectos (N,N-dietiltoluamida –“DEET, por sus siglas en inglés”); un ingrediente de plásticos (bisfenol A); y un edulcorante artificial (sucralosa).
Según la literatura científica, la detección de esta mezcla de 64 CPE representa un riesgo potencial al ecosistema del estuario. Entre ellos se encuentran trastornos reproductivos y del desarrollo, efectos en el sistema nervioso, disrupción al sistema endocrino y cáncer. Además, algunos CPE pueden bioacumularse en animales acuáticos comestibles (ej. peces), representando un riesgo para la salud humana y la de otros organismos depredadores como el pelícano pardo.
De particular preocupación es la presencia en el sistema estuarino de disruptores endocrinos (sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal) como son las hormonas detectadas en este estudio (androstendiona, estrona (E1), 17β-estradiol (E2) y 17α-estradiol). Estas hormonas estrogénicas tienen un efecto adverso en el crecimiento, desarrollo y reproducción de especies acuáticas.
Por otro lado, la presencia de sucralosa, un indicador común de la contaminación de cuerpos de agua por las descargas de aguas sanitarias sin tratar sugiere que estas son la fuente de entrada de estos CPE al Estuario de la Bahía de San Juan.
Dado los potenciales riesgos que estos contaminantes representan para la salud de la comunidad y del ecosistema estuarino, los investigadores del estudio recomiendan, entre otras cosas, eliminar las descargas de aguas sanitarias sin tratar (ilícitas) a los cuerpos de agua y la optimización de la infraestructura del sistema de alcantarillado sanitario. Además, se deben establecer mejores tecnologías de tratamiento de aguas residuales para que sean más eficientes en la remoción de los CPE.