El planeta tierra tiene la forma de un elipsoide oblongo compuesto de diferentes capas, que van desde su centro hasta su superficie exterior. La capa externa, la cual es delgada y quebradiza, se llama la corteza terrestre. Con un grosor de 8 a 40 Km (5 a 25 millas) está formada por fragmentos de diferentes tamaños que encajan unos con otros como las piezas de un rompecabezas. Estos fragmentos son las placas tectónicas. A menudo se mueven, causando terremotos, y cuando lo hacen abruptamente, pueden tener consecuencias catastróficas sobre las poblaciones humanas.
La corteza terrestre forma los contienentes y el piso o suelo de los océanos. Se compone de las cuencas oceánicas, los acantilados, las sierras de montañas, las regiones con lomas y los valles que conocemos los seres humanos.
Las formas tan variadas que puede presentar la corteza se conoce como el relieve y en parte debe su apariencia a las rocas que lo componen. Las rocas son clasificadas por los expertos según su proceso de formación o los minerales que las componen.
Nueva corteza terrestre y, por consiguiente, nuevas rocas, se forman cada vez que erupciona un volcán o en las regiones más profundas de los océanos donde constantemente se está formando nuevo suelo oceánico. La lava es roca muy caliente, fundida (derretida), que aflora a la superficie desde regiones muy profundas del planeta. Cuando esto ocurre, las rocas se denominan como ígneas extrusivas (o volcánicas). El basalto es un claro ejemplo. Por el contrario, cuando las rocas fundidas buscan su camino hacia la superficie terrestre, pero no logran aflorar a la superficie y se solidifican (o litifican) en fisuras que encuentran en la corteza terrestre, se les denomina rocas ígneas intrusivas. El granito que en ocasiones es utilizado en la construcción, es un tipo de roca ígnea intrusiva.
Cuando las placas tectónicas se mueven, pueden comprimirse, plegarse y someter las rocas que las componen a grandes presiones o temperaturas. Esto muchas veces causa cambios en los cristales que las forman o su composición química, formando las rocas metamórficas.
Las rocas expuestas en la superficie terrestre se desintegran, deshacen, desmoronan y disuelven cuando se exponen a la lluvia, al viento, a las raíces de las plantas y a los animales, entre otros. Cuando esto ocurre se forman pequeños fragmentos que se conocen como sedimentos. Los sedimentos generalmente son transportados por el viento, la nieve o el agua, y se van depositando en zonas llanas y de poca pendiente, como lo son los valles y los suelos oceánicos. Con el paso del tiempo los sedimentos o los restos de otros animales (como por ejemplo: las conchas, caparazones o los restos vegetales) se endurecen (o litifican) formando nuevas rocas, que son conocidas como las rocas sedimentarias. La caliza es un tipo de roca sedimentaria (Strahler, 2006).
El mapa que les presentamos en esta sección muestra los diferentes tipos de rocas y sedimentos que forman la zona del Estuario. Esta región incluye las faldas del interior montañoso, regiones de pantanos, humedales y litorales. Por esto es la diversidad en tipos de rocas y depósitos sedimentarios que observamos. Predominan los materiales aluviales (31%), los cuales son un tipo de sedimentos formados y transportados por la acción del agua. También domina el relleno artificial (14%), las rocas sedimentarias (15%) y otros depósitos sedimentarios (8%).
Cabe destacar que esta es una región predominantemente urbana que ha sufrido grandes cambios por las actividades humanas. Los procesos de construcción de casas, edificios o carreteras conllevan la remoción de sedimentos, la canalización de ríos y desvío de su cauce, la creación de terrazas en zonas de lomas o montañas, y el depósito de relleno artificial, entre muchas otras acciones. Esto conlleva el cambio del relieve, de las zonas originales de depósito de sedimentos y de la configuración del paisaje natural.
Esta es una región que comprende diversidad de paisaje, en su extremo norte tiene zonas litorales pedregosas y planas arenosas, humedales, llanos aluviales y lomas que contienen las faldas del interior montañoso central de Puerto Rico. Por esto es la gran variedad de sustrato geológico que observamos. Predominan los terrenos aluviales (31%), las rocas sedimentarias (27%), el relleno artificial (14%) de las construcciones y desarrollos urbanos, y los depósitos de pantano (12%).