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Plan de uso de terrenos

El Plan de Uso de Terrenos de Puerto Rico es un documento que establece las políticas públicas del gobierno de Puerto Rico dirigidas al desarrollo del país y la gestión del territorio.

Este documento fue aprobado por la Junta de Planificación en el año 2015 y busca establecer los usos adecuados del territorio, que “permita maximizar el potencial del suelo de Puerto Rico dentro de un marco que garantice la protección de los recursos naturales y el desarrollo sostenible” (Junta de Planificación, 2018).

Durante el desarrollo de este documento se toman en consideración diferentes datos: la distribución de los recursos naturales y patrimoniales, las tendencias demográficas y económicas, la distribución de los cuerpos de agua, la ubicación de las áreas naturales protegidas y la distribución de las reservas agrícolas. Su aprobación se rige por un proceso de vistas públicas y la participación de diversas entidades gubernamentales y municipios.

En función de los criterios antes mencionados se clasifica el territorio en zonas con: “suelo urbano”, “suelo urbanizable programado”, “suelo urbanizable no programado”, “suelo rústico común”, “suelo rústico especialmente protegido” y “suelos agrícolas–ecológico, paisaje o hídrico”, entre otros.

La región del Estuario de la Bahía de San Juan es predominantemente urbana con desarrollos de alta densidad y también alta densidad poblacional. Por esta razón, gran parte de este territorio (60%) está clasificado como “suelo urbano” y el 14% está clasificado como “sistema vial”. Debido a la distribución de algunas áreas protegidas, el 16% es “suelo rústico especialmente protegido-ecológico”. Otras clasificaciones que dominan la zona, pero en menor grado, son las de “suelo rústico común” (4%) y “cuerpos de agua” (4%).

Por otra parte, si nos fijamos en estas designaciones a nivel de cada municipio, el mayor contraste lo observamos entre el segmento del municipio de Bayamón, que cae dentro de la cuenca y que cuenta con 92% de suelo urbano, y el municipio de Loíza en el que el 89% de sus suelos han sido designados como “suelo rústico especialmente protegido–ecológico”. En el municipio de Canóvanas también predomina este tipo de “suelo rústico especialmente protegido ecológico”, con 71% de su área. Por el contrario, en el resto de los municipios de la cuenca dominan los suelos urbanos: Toa Baja (89%), Cataño (85%), Trujillo Alto (84%), Guaynabo (83%), San Juan (69%) y Carolina (56%).

Gráfica
Distribución de usos de terrenos (%)
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